martes, 27 de enero de 2015

¿Sabes qué hubiese sido genial, genial?
Y ella te sonríe, y con sus carcajadas llega la primavera que nunca conociste. Eres un niño de invierno, huérfano de infancia que tiritabas frente a la puerta de la inocencia suplicándole un hueco en su regazo para calentarte un poco frente a la chimenea. Aunque nunca te dejó pasar, ni siquiera te tiró una manta desde la ventana. Esa zorra jamás quiso ayudarte.
 Pero ahora hay unos bucles como la paja fresca que, revueltos, se pierden enmarañados entre lo infinito de tus hebras y tú los miras sin saber qué decir, porque sin saber lo que se siente tú sabes que ahora eres un poco niño aunque ya estés pisando los veinte.  
Me habría encantado tener un hermano mayor.
Se te encoge el estómago y te preguntas cómo es posible si no tienes nada dentro, si te robaron el corazón antes de que supieras lo que significaba tenerlo y te quitaron los nervios a base de noches en el infierno. Pero lo notas, está ahí, quemándote las entrañas, intenta salir del pozo al que lo lanzaste y trepa con todas sus fuerzas para decirte que no está del todo muerto. 
Tú eres un poco como mi hermano mayor los bucles parecen el sol de una mañana de verano, y esas dos chispas como el zafiro que te miran extasiadas el cielo despejado que los acompaña. Eres como el hermano mayor que siempre he querido, Jeff. No quiero que dejemos de ser amigos nunca, nunca. 
Y tú no lo entiendes muy bien, porque jamás has notado el pecho tan lleno ni el agua concentrándose junto a la comisura de tus ojos, pero tienes una ganas terribles de ponerte a llorar, te invade un sentimiento tan grande, tan poderoso, que te sientes como un globo aerostático a punto de estallar. Y lo odias, y te encanta. Por un lado quieres romper cosas y por el otro echarte a reír a carcajadas, pero finalmente decides no hacer nada y disfrutar de esa mañana llena de rayos de sol danzantes y cielos tan azules que casi duelen. De ese instante en el que descubres que quizás en el mundo también se puede sentir uno bien de vez en cuando. Del mayor instante de felicidad que tendrás, uno que jamás podrás olvidar. 

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