jueves, 12 de septiembre de 2013

Londres
César Maruenda Garrido.
Julio de 1992

*


Eso no combina, parece un puto payaso.

Marta me mira con los ojos achinados y el ceño fruncido, en plan te estoy matando porque me la suda lo que me digas. Pues así. Mi hermana tiene una mala leche que te cagas, con casi seis años la tía se gasta unos humos que ni yo en mis mejores días. Tiene un peligro que no veas, miedo me da cuando le salgan tetas y todo eso.

Mi vieja suele irse cada dos por tres y nos deja solos siempre. Si no se pira a rezar a esa secta católica en la que está metida se larga de fin de semana al pueblo, pero nunca está en casa. Eso me parece de puta madre porque así puedo hacer lo que me salga de los cojones, y ahora que Saúl vive con nosotros pues todavía más. La putada es que cuando me deja a Marta para que la cuide la cosa ya no es tan divertida. Que mi hermana es una bocas y se le escapa todo.

Después de cuidar a una cría diez años menor que yo he decidido que definitivamente no quiero tener críos.

No me mires así, ¿eh? Que aunque me gusten las pollas puedo dejar preñada a una tía, la naturaleza no me ha desprovisto de esperma. A ver que te crees tú.

¡Mira tete! y me levanta el muñeco Nenuco ese que estaba vistiendo.

Tuerzo el gesto, qué mal gusto tiene mi hermana para las combinaciones de colores, le ha puesto al muñeco ese unos pantalones amarillos y una camiseta verde. Tengo que decirle a mi madre que lo mismo la niña nos ha salido daltónica o algo, porque vaya tela.

Saúl está en mi cuarto atendiendo una llamada. Él se lleva bastante mejor que yo con mi hermana, el muy capullo tiene un instinto paternal desarrolladísimo. Vamos, que se le cae la baba con los críos. Yo no lo entiendo, porque es un follador vividor de esos, pero los críos le encantan y ellos lo adoran a él. Si montase una guardería se forraba fijo.

Desde que Saúl vive con nosotros  la vida está mucho mejor. Ahora que tenemos vacaciones de verano hacemos un montón de cosas, y vamos a todos los sitios juntos, parecemos hermanos de verdad y todo. Mi madre está muy contenta de tenerlo en casa porque siempre le ha tenido una adoración que te cagas, y es el único que puede hacer callar a la pesada de Marta cuando se pone insoportable, que esa niña se nos pasa a todos por el forro de los cojones, no te digo yo que cuando le salgan tetas va a tener un peligro de la hostia…

¡Saúl, mira lo que he hecho! Exclama mi hermana, levantando el muñeco otra vez.

Yo me giro y veo como Saúl se acerca, está pálido y parece como si le acabasen de decir que se ha quedado impotente o algo así. Imagina la cara de un tío que folla mucho si le dicen que es impotente, pues esa es la cara de Saúl ahora mismo. A pesar de todo, mira la tontería de mi hermana y asiente.

Qué guay le dice, aunque creo que ni siquiera sabe de lo que le está hablando mi hermana.

¿Qué cojones ha pasado? Le pregunto, preocupado.

Él no me contesta, lo que me pone bastante nervioso. Se sienta a mi lado en el sofá y apoya sus codos sobre las rodillas, echándose hacia delante y con la misma cara de besugo que antes.
Joder, me está poniendo histérico.

¿Has descubierto que tienes la regla? Le pregunto, bromeando.

Mi pregunta parece hacerle reaccionar, porque se gira hacia mí y me mira de mala hostia.

Qué capullo eres dice, y luego mira hacia delante otra vez. Estaba hablando con mi tío Robert.

Saúl se largó de su casa hace unos meses  porque su madre es una puta. Mira que mi madre está metida en mierdas de religión, es una retrógrada y además tiene problemas psiquiátricos, pero es cuatro veces mejor madre que la de Saúl. La madre de Saúl es una mala perra, de ese tipo de mujeres que te recuerdan por qué está muy bien  ser homosexual.

El tío de Saúl, por su parte, es el hermano mayor de su padre. Su padre, así como dato, murió hace unos años en un accidente de tráfico. El tipo era bastante sieso pero al menos no se portaba como un tirano, que es lo que hace la hija de puta de su vieja.

¿Y qué te ha dicho? Le pregunto, interesado. Su tío es el pavo que administra la herencia de su padre para dársela a Saúl cuando cumpla la mayoría de edad.

Mi mejor amigo abre mucho los ojos. Los tiene azules, como yo, pero los míos son de un azul más profundo mientras que los suyos tiran al tono acuoso del mar. Tiene cara de estar flipando, como cuando te fumas un porro de la hostia y ves de todo, pues así.

Me ha dicho que lleva meses intentando localizarme, esa zorra de mi madre no dijo que yo me había pirado hasta Junio, y me largué en abril dice, parece cabreado. Mi tío está buscándome desde entonces.

No te habrá dicho que vuelvas a esa casa…

No me corta, me ha dicho que me vaya con él.

Yo abro mucho los ojos, sorprendido.

¿Y eso, tío?

Saúl se encoje de hombros.

Dice que quiere hacerse cargo de mí explica, soltando un suspiro. Mi padre y él estaban enfadados cuando el viejo murió, así que debe pensar que se lo debe o algo así. No sé, pero quiere enseñarme todos los entresijos del mundo empresarial.

Pero si todavía no tienes ni barba, tío río yo. Siempre me ha sorprendido lo pirados que están los ricachones. Se piensan que son los emperadores de algún reino o algo así.

Saúl me mira y dibuja una sonrisa cómplice, luego su rostro se ensombrece y desvía la mirada.

César musita, juntando sus cejas, mi tío no tiene hijos.

Yo lo miro sin entender una mierda.

¿Y qué con eso?

Joder, César resopla, irritado. Pues que mi tío me ha dicho que soy el único y legítimo heredero de todas las empresas de los Ondategui. Y no sólo eso, también soy el heredero del grupo Edgecombe.

¿Qué mierdas es el grupo Edgecombe?

Saúl suspira, parece cansado de la conversación, pero aun así responde.

A ver, mi padre y mi tío son mitad españoles me explica. Mi abuela era inglesa, y de muy buena familia. Cuando ella murió, mi tío al ser el primogénito heredó también el grupo Edgecombe, que pertenecía a la familia de la vieja. Mi padre prefería quedarse en España currando, así que él se quedó a cargo de los negocios de la familia Ondategui, ambos se repartían el trabajo y tal.

Me mira con cara de circunstancias, sin dar crédito a lo que acaba de decir.

Que soy multimillonario, César dice casi en un susurro. Que voy a heredar dos empresas con un valor mayor a doscientos millones de dólares, macho. Mi tío me lo acaba de decir y estoy flipando, flipando mucho.

Joder, qué fuerte, yo también estoy flipando. O sea, Saúl siempre ha sido rico y tal, pero no tanto. Siempre ha sido rico porque sus padres eran ricos, no porque él vaya a ser un tío que nada en billetes que son suyos. Vaya tela.

Imaginarme a Saúl dirigiendo un imperio es algo que se escapa a mi imaginación. Joder, que es incapaz de hacerse un horario para estudiar en exámenes, ¿cómo cojones piensa dirigir una empresa que vale millones? Eso me suena a surrealista total, vamos.

¿Entonces vas a largarte a vivir con tu tío? Le pregunto, todavía asimilando lo que me acaba de contar.

No responde. Le he dicho que no me iba.

¡Pero tú eres gilipollas! Exclamo. ¿Cómo que no te vas? ¿Estás tonto?

Saúl me mira, muy serio.

Mi tío vive en Londres responde, apretando los labios. Mi vida está en España, mi familia está en España. Todo lo que tengo está en España y no voy a dejarlo.

Es la primera vez que veo a Saúl tan serio, parece como si se hubiese hecho viejo o algo así porque él es de esos que siempre están de broma y tal. Me resulta bastante raro, y de hecho en un primer momento tengo ganas de reírme, pero luego me contengo porque sé que está hablándome totalmente en serio.

Saúl siempre ha dicho que él y yo somos mellizos a los que separaron al nacer. Yo a veces pienso que es verdad, porque nos llevamos muy bien. Saúl es algo más que mi mejor amigo, es mi hermano y mi familia, es parte de todo. La gente suele tener envidia de nuestra relación y yo lo entiendo, también me tendría envidia si no estuviese dentro de mi pellejo.

A ver si eso de que ser gay es contagioso va a ser verdad le digo, ladeando una sonrisa, porque con tanto discursito moñas te estás volviendo un marica.

Ojalá te den por el culo con unas tijeras, imbécil me suelta, dándome un golpe en el brazo para empujarme hacia un lado.

No está enfadado, se lo ha tomado a coña. Saúl y yo somos así; nos metemos el uno con el otro constantemente y nos la suda. Solo nosotros podemos hacerlo, porque si alguien ajeno a nosotros lo hace, entonces le pegamos una paliza. O le amenazamos. O hacemos cualquier cosa. Pero nadie más que nosotros puede meterse con nosotros. Y esto es así.

Bueno, Marta sí que puede, pero porque ella es una mocosa canija y es mi hermana.

¿Entonces, qué vas a hacer? Le pregunto finamente, mirándolo serio. Sabes que puedes quedarte aquí.

Ya asiente. Y es lo que voy a hacer; el tema es que mi tío me va a pasar una paga mensual para que pueda subsistir, así que le pagaré a tu madre un dinero por la comida y la estancia, que no me gusta estar de gorra.

De puta madre sonrío. ¿Y qué vas a hacer con el tema de tu tío?

Ha sido bastante comprensivo Saúl coge el paquete de tabaco que hay en la mesa que tenemos delante y se lleva un pitillo a la boca. Dice que lo entiende, pero que no por ello debo dejar mi educación a un lado. Mi tío planea cederme las empresas Ondategui cuando cumpla los dieciocho, dice que se vuelve loco intentando administrarlas desde Inglaterra. Así que hemos quedado en que iré a verlo allí durante las vacaciones para que me enseñe mierdas de finanzas, y a lo largo del año me mandará deberes y eso. Hasta que cumpla los dieciocho, claro.

Se enciende el cigarro y le da un par de calos. Me cago en la puta, mi mejor amigo va a ser un pez gordo a los dieciocho. Yo no dejo de flipar, ¿eh? Que esto me parece de película de estas  de actores chungos como Tom Cruise o tipos así.

Me voy a Londres la semana que viene para que mi tío empiece a instruirme me anuncia, mirándome de reojo, estaré hasta que comencemos el curso. También le he dicho que quiero hacer tercero de BUP y luego COU en un instituto público, y dice que bien. Que mientras termine mis estudios y luego estudie Empresariales que por él perfecto.

Después de irse de casa, Saúl decidió ponerse a trabajar en verano y asistir a un colegio público para terminar sus estudios. Como yo paso de estar con esa panda de pijos de mierda sin Saúl, también decidí ir con él a un instituto normal. Y adiós a los uniformes y toda la mierda, y hola a la gente alternativa y guay. 

Cuando me dice lo de Londres no puedo evitar sentir cierta envidia. Joder, cómo mola, irse a Londres y toda la pesca, con la gente que se viste en plan mod y todo eso. Me encantan los mods, en serio, vi Quadrophenia hace un tiempo y desde entonces siempre me visto del rollo. La gente suele decirme que tengo un gusto exquisito para vestir, y tienen razón, se me da de lujo.

Cómo me gustaría ir a Londres, joder, seguro que podría pillar ropa súper chula.

Cómo mola, tío le digo, siendo incapaz de disimular mi envidia sana.

Saúl sonríe con malicia.

Joder, César, si llego a saber que te iba a molar tan poco la idea no le digo a mi tío que te vas a venir conmigo. Qué mierda de amigo eres, macho.

Abro mucho los ojos, sin dar crédito.

¿Pero qué coño dices?

Saúl suelta una carcajada.

Pues que nos vamos a Londres, hostia me dice, sin dejar de reír. Que soy rico, César, putamente rico. Y que nos vamos a Londres; tú a follarte culos y yo a por las inglesas cachondas. Y que esto solo es el principio, tío. Que soy asquerosamente rico y que lo vamos a disfrutar los dos.

Saúl sigue riendo, ríe y ríe, con esas carcajadas que siempre parecen las que sueltan los malos de las pelis de dibujos. Ahora Saúl es como ellos, cabrón y rico, como el tío Gilito, el del Pato Donald. Y yo me siento como sus sobrinos los trillizos, solo que sin hermanos que vistan de los colores del parchís.


Que Saúl es rico, muy rico, y todavía lo será más en el futuro. Que el año que viene empezamos una nueva vida, sin dinero ni apariencias, sin capullos fascistas tocándonos los cojones. Que nos vamos a Londres la semana que viene. Y que tengo la sensación de que lo bueno no ha hecho más que comenzar. 

1 comentario:

  1. "Que soy rico, César, putamente rico. Y que nos vamos a Londres; tú a follarte culos y yo a por las inglesas cachondas. Y que esto solo es el principio, tío. Que soy asquerosamente rico y que lo vamos a disfrutar los dos."

    Creo que han sido las frases que más me han gustado del texto. Eso y la actitud de estos dos, de verdad que son como hermanos.

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